viernes, abril 24, 2015

281

Ayer fue un buen día en la librería. 
Solo al final de la jornada me di cuenta de que fue El día del libro. 
Con esa sensación extraña, pedí que me compren dos Cusqueñas en lata. 
Prendí un cigarro y dejé divagar mi mente, acto que me llevó a ser la última persona en abandonar el Boulevard Quilca. No sé cuánto tiempo estuve pensando, mirando a las dos perritas que yacían en una caja, supuestamente dormidas y que necesitaban dueño. 
Jacqueline me preguntó si no quería llevarme una de las perritas. Me preguntó lo mismo Valderrama. 
Una de las perritas me miraba, al menos, eso era lo que quería creer, que me miraba, seguramente me suplicaba mentalmente que me apiade de ella, lo suficiente como para ponerme de pie y cargarla. 
No lo niego, por algunos segundos pensé en la posibilidad de adoptar a la perrita que me miraba. Este pensamiento se reforzaba con lo del pekinés que en un par de semanas le regalarán a mi madre. El pekinés no debe estar solo, no puede caer en esas patéticas actitudes de los perros sin hembras. 
Me acerco a la caja en donde se encuentran las perras, acaricié la cabeza de la que me miraba y la cargué. Estaba dispuesto a llevármela a mi casa. Esta decisión no obedecía a criterios de raza, criterios por demás estúpidos que influyen hasta para adoptar animales. Solo obedecía a la empatía y con eso me bastaba. En otras palabras, me sentía bien con ella, me generaba paz hurgar en sus ojos, seguramente con la esperanza de poder verme en ellos. La perrita me olía, en especial la barbilla, que alberga todas mis canas, las mismas que sobredimensionan mi edad cada vez más, porque sin las canas en la barbilla, me vería mucho más joven, pero eso ya no importa, puesto que he asimilado mi edad, no con orgullo, pero sí con festiva resignación. 
Devuelvo la perrita a la caja, porque me percato de una niña que la mira. La niña se le acerca y pasa su manito por su cabecita. 
Esta escena, por más anodina que parezca, me conmueve. Y por el mismo hecho de que me conmueve, huyo, huyo de la posible y casi segura cursilería.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal